Palabras peligrosas
Siempre dije que moriría por ti, nunca pensé que en realidad lo haría… que linda estás, me encanta ese brillo rosado que tiene tu rostro, pero ya no quiero que llores, me prometí a mi mismo no hacerte llorar, no quiero que llores por mí, quiero que te quedes conmigo y me abraces fuerte, yo también tengo miedo, trato de hablarte pero mis fuerzas son escasas.
Recuerdo aquel día que me dijiste que fuera contigo y tu mamá, que me llevarían a mi casa, sólo que olvidaste mencionárselo a ella y al pedírselo delante de mí su respuesta fue un directo: “No, yo no puedo llevarlo”. Me sentí tan avergonzado y tan molesto contigo, recuerdo aquel día y ya no estoy molesto, me hace gracia, trato de reír pero la sangre en mis pulmones no lo permite, me ahoga en una tos tenue.
Sé que lo que hice fue tonto pero nunca dejaría que nadie te hiciera daño, nunca esperé que él tuviera un arma escondida bajo su ropa. En cualquier otra circunstancia mi mayor preocupación sería haber manchado mi camisa favorita, hoy no me importa, creo que el rojo le queda bien. No puedo decirte tantas cosas que me gustaría decirte, no puedo decirte que ya no tengo miedo, que te voy a extrañar, que necesito que seas fuerte y sigas adelante, que nunca había querido a alguien como te quiero a ti, que no dejes que el pasado te consuma, que te amo y quiero que seas feliz aunque ya no será a mi lado…
2 comentarios:
Las palabras son sagradas como el vino
Simplemente Amo este post.
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