Soledad desgarradora que penetra hasta mis tuétanos
silencio enmudecedor que enluta mi alma
oscuridad omnipresente que vive en mí.
Tristeza, siempre estuviste allí,
siempre conmigo, mi única amiga, mi peor enemiga…
En la tranquilidad de la noche
el presagio más aterrador:
La tensa calma que precede la tragedia.
Mi mente se nubla, no puedo pensar
con el arma en la mano y la decisión tomada
siento un escalofrío recorriendo todo mi ser
el tiempo se ha detenido,
ya no se puede contar,
no existen las horas, los minutos o los segundos
en medio de mi habitación mi mente en blanco
mi cuerpo inmóvil,
como un elemento más,
soy uno con en el entorno,
siento la hora acercarse,
el canto de un ave y el alba rayando en el horizonte
me anuncian que ha llegado el momento
siento el frío metal en mi boca…
recuerdos y pensamientos vienen a mí:
una sonrisa, un rostro, un beso…
de pronto una detonación hace eco en la madrugada.
Será lo último que escuche,
será lo último que vea…
Mi cuerpo cae inerte sobre su propia inmundicia,
será lo último que haga,
así seré recordado.
Ya no puedo seguir escribiendo,
porque ya no estoy aquí…
Jeremy.